22 de enero de 2009 | By: Edy Salazar U.

Relato de la familia Quiroz

¿CÓMO LLEGASTE A NUESTRAS VIDAS?

Era uno de esos días en los que las cosas pasan, y por más simples e insignificantes que estas parezcan pueden llegar a cambiar tu historia, tal vez sin, darte cuenta…

Era el año de 1909, cuando la pequeña Luisa Idrugo “Mi mamita Lucha “ de 7 años de edad, salió a la casa de la hermana de su madrina Sra. Teresa de Armendáriz para jugar con su última hija quien tenia la misma edad de Luchita y por ende era muy divertido pasar las tardes jugando.

La inquietud innata de un niño es muy grande y Luchita no fue la excepción, cuando ella estaba jugando sin darse cuenta, de pronto se encontraba en un cuarto donde habían varios santos ,éste de hecho era un oratorio, pero como ella pensaba “cuantas muñecas hay aquí y que bonitas son”, ella se quedo admirada, pero de pronto, su atención fue puesta especialmente en la muñeca más pequeña “Esta era la más fácil de cargar y jugar” pensaba, pero justo en ese llego la dueña de casa quien al notar la expresión de la pequeña niña le dijo “no te asustes, si te gusta entonces te la regalo”.

La pequeña, no podía creer la suerte que tenia, “Ahora ya tengo una muñeca nueva. Al llegar a su casa, la emoción que la embargaba era tan grande que dijo: ¡Mira mamá mi muñeca nueva que me han regalado! Entonces Cruz Ahumada (la mamá de Luchita), se enojó, pues pensó que su hija la había tomado sin permiso y la llevo de permiso pero allí averiguo todo y además se entero que el nombre de esa “muñequita era la Virgen de las Mercedes” la pequeña que es de madera de desgonce que tiene botas, peluca, diadema, escapulario, media luna y grilletes esa pequeña que llego a cambiar nuestras vidas.

Ya días después las vecinas no tardaron en bordarle nuevos vestiditos, pues cuando lego tenía un solo trajecito muy sencillo.

La tradición debía seguir y después de muchos años “la mamita Lucha” velaba en la cuarta noche en la Novena de la Virgen de las Mercedes en el Templo de la Catedral y allí era donde llevaba a Tere, Alindor, Lola y la pequeña María sus hijos a sahumar para luego volver a casa a rezar junto con las vecinas a nuestra Meshita.

Así es, que la tradición empieza desde muchos años atrás así llegaste a nuestras vidas, desde que nuestra abuelita tenía siete años y la inocencia izo que te llegáramos a conocer, cuando cada hermano tenía que velar dos noches hasta el día de hoy 2005 en que la familia creció y seguirá creciendo hoy 96 años después con la bendición de tu hijo a quien pedimos nos ilumine para que nos haga seguir venerándote y que losa nuevos miembros de la familia Ricky, Stephany, Fabricio, Valeria, Diana y los que aún están por llegar algún día sepan la importancia religiosa y el valor que tiene nuestra Meshita para toda nuestra familia y siga con nuestra tradición.


Fuente: Terecita Quiroz Idrugo
Redactado: Cecilia Muños Quiroz.